Toma de decisiones como herramienta diaria

Todos los días tomamos decisiones, unas más complejas que otras o que pueden tener una repercusión en otras personas o en uno mismo. El proceso de toma de decisiones es lo que mueve a realizar una acción determinada y lo que hay que hacer es tener clara la posición de uno mismo para tomar la decisión más adecuada.

¿Cómo es la toma de decisiones?

Cuando en la toma de decisiones se trata solo una opción, el proceso es más directo y se decide de una manera más firme y eficiente. En estos casos se suelen tomar las decisiones desde una posición jerárquica con un punto de vista analítico y de manera definitiva.

Por otro lado cuando la decisión se toma teniendo en cuenta muchas opciones puede dar lugar una mayor indecisión por no saber cuál será la opción más acertada y correcta. Para esto, en una empresa es fundamental que este proceso sea integrativo y permita la participación de varias áreas que sean las afectadas. Con más aportación de los especialistas en los temas en los que la decisión compete, se podrá tomar una decisión más correcta o apropiada para la empresa.

Proceso de toma de decisiones

El proceso de toma de decisiones suele variar en función de la complejidad de la misma, es decir, si es una decisión que no influye en nadie más o que es irrelevante o, por el contrario, tiene gran complejidad y puede influir en más personas o empresas.

  1. Identificamos un problema y se diferencia lo que se es o lo que se tiene en el momento de lo que se quiere o se desea.
  2. Identificamos los criterios que sean importantes y puedan influir en la solución del problema.
  3. Se asigna ponderación a los criterios mencionados anteriormente, es decir, ordenarlos con prioridades.
  4. Se plantean todas las alternativas posibles.
  5. Se analizan estas alternativas, se ven los pros y contras de cada una y se seleccionan las más viables
  6. Selección de una de las alternativas de entre las que hemos analizado anteriormente
  7. Se implanta la decisión tomada y se ejecuta como se haya decidido
  8. Finalmente se evalúa la decisión tomada, su efectividad, el resultado, los objetivos, etc.

¿Individualismo o armonía grupal?

Las decisiones que se toman en grupos pueden ser más difíciles de gestionar, pero por otro lado, están más enriquecidas por las opiniones y diferentes puntos de vista de los miembros del grupo. Por el lado contrario, en la toma de decisiones individual, se tiene un único punto de vista y pensamiento, por lo que es mucho más complicado encontrar variedad. Muchas veces las personas piensan y consideran que es más sencillo trabajar de manera individual y no generar pensamientos grupales.

Los pensamientos grupales son un arma de doble filo ya que hacen que los integrantes de un grupo se pongan de acuerdo inconscientemente y no se generen nuevas ideas o no se evalúen nuevas u otras alternativas en el proceso de la toma de decisiones. Esto puede llegar a causar desinterés, falta de participación y un consenso prematuro.

Por el lado contrario, cuando se trata de una persona en un grupo también puede darse el individualismo excesivo. En esta postura, el individuo no tiene interés en colaborar como equipo. Además puede llegar a ser agresivo y defiende de una forma agresiva sus opiniones propias sin tener en consideración las de los demás.

Como bien sabemos, todos los extremos son malos. Esto es, que cuando se toma una decisión y se hace en grupo, hay que ser participativo y proactivo, no hay que dejarse llevar por el grupo. Por el lado contrario tampoco sirve de nada enfrentarse a estos procesos sólo si no se va a estar seguro de lo que se va a decidir. Para tomar decisiones hay que ser claro y tener un pensamiento crítico.

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